Docencia

Cerca de 80 alumnos de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra han conocido el trabajo coordinado de los distintos profesionales que intervienen en esta atención sanitaria  que suma ocho áreas de labor médico-asistencial.

Alumnos de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra  han participado en una sesión formativa con profesionales del equipo de cuidados paliativos del Hospital San Juan de Dios de Pamplona. Esta práctica se enmarca en la asignatura específica que los alumnos cursan en el cuarto año de carrera.

El equipo de profesionales ha trasladado a los alumnos su experiencia asistencial, y ha dado a conocer las herramientas y los programas que se utilizan en este tipo de asistencia.

Posteriormente, los estudiantes participaban en un coloquio en el que han recibido respuesta a  las cuestiones que han planteado sobre los cuidados paliativos.

Los expertos han coincidido en la importancia de la coordinación en el abordaje de los distintos aspectos que afectan a la atención de estos pacientes. De hecho se ha explicado que en el Hospital San Juan de Dios combinan su actividad ocho áreas de trabajo: medicina, enfermería (hospitalaria y domiciliaria), auxiliar de enfermería, rehabilitación, trabajo social, psicología y voluntariado.

El Jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos, Dr. Marcos Lama, explicaba a los alumnos que “se debe enfatizar en la necesidad de asumir una visión multidisciplinar y multidimensional, siendo conscientes de que es necesaria la aportación de los diferentes profesionales del equipo” y  reflexionaba sobre la intensidad de las situaciones que se viven, “lo que supone un necesario cuidado de todo el equipo;  pero también debemos explicar  la gran cantidad de experiencia positiva y gratificación que se obtiene al acompañar a personas en este momento” .

La responsable de enfermería de la Unidad, Miren Martínez,  ha destacado la importancia que tiene la formación entre los profesionales que atienden al final de la vida: “toda formación es importante pero quiero resaltar que es muy interesante prepararse para poder atender a otros”.

En cuanto a la presencia de la rehabilitación en el proceso, Lucía Álvarez, fisioterapeuta, ha  mencionado que el objetivo rehabilitador “es la adaptación del paciente, más que la recuperación entendida como curación” y que en todo caso “buscamos su máxima autonomía y calidad de vida; nuestro fin es orientar tanto al paciente como a su entorno, en el manejo seguro durante la realización de las actividades diarias”.

Juan Pedro Arbizu, psicólogo clínico, explicaba las funciones que asume su equipo: “actuamos tanto en planta como en domicilio, y atendemos la asistencia en duelo”, y destacaba la importancia del modelo de atención “es esencial  el respeto en la intervención con pacientes que están en su final de vida”. También ha mencionado los aspectos emocionales del profesional y la importancia del autocuidado y en este sentido ha insistido en “estar con total presencia en el trabajo pero también en las otras facetas de nuestra vida”.

Otro aspecto tratado han sido los programas que la Unidad de Cuidados Paliativos desarrolla y en concreto, Juan Pedro Arbizu se refirió a ARIMA, “es un programa terapéutico que se ofrece a pacientes y sus familias. Una forma de completar la atención sanitaria con una serie de acciones que aumenten el bienestar de las personas que estén ingresadas en nuestro hospital”.  Se trata de “generar lugares y tiempos lúdicos donde la presencia, la emoción y la creatividad se palpen. Dar oportunidad de conectar con la belleza, enriqueciendo la vivencia y la conciencia.  Otra forma muy intensa de conectar con la emoción”.

El segundo programa que conocieron los estudiantes es el “Programa SE+” que pertenece a la parte no asistencial y tiene un carácter divulgativo. Trata la sensibilización sobre el final de vida y las pérdidas, se realiza en los colegios y está diseñado para niños y adolescentes. También, si es necesario y los centros escolares lo solicitan, el equipo interviene ante cualquier situación de pérdida.

Desde el área de trabajo social, Gema Escalada, resaltaba “la necesidad de estar atentos y amparar los aspectos socio-económicos que rodean al paciente, intentando actuar también sobre la carga emocional y organizativa del acompañante o cuidador”.

En esta línea, el Hospital cuida especialmente la acción del Voluntariado. Pilar Huarte  explicaba el papel que asumen los voluntarios en el proceso: “La tarea principal del voluntario tiene dos ámbitos: por un lado la parte asistencial acompañando al paciente que esta solo o cuya cobertura socio-familiar es mínima y el programa de descarga familiar como soporte para aquellos cuidadores principales que viven momentos de claudicación, facilitándoles tiempos de descanso. Por otro lado estaría el Programa Se+”.

Las preguntas de los alumnos

Los alumnos, por su parte, se han interesado entre otros temas por la especialización en este tipo de asistencia y los estudios necesarios para su ejercicio. Otro foco de interés para ellos ha sido la coordinación de la atención domiciliaria. Elena Rodríguez, enfermera del área, les ha explicado como la atención a domicilio “está  vinculada de modo general a la Atención Primaria que es quien identifica los pacientes y los casos que vamos a atender”.

Un asunto que ha despertado especial interés de los estudiantes ha sido la gestión emocional y el esfuerzo afectivo de los profesionales que asisten a este tipo de pacientes. En este punto,  Miren Martínez recomendaba “conocernos bien a nosotros mismos para así poder ponernos nuestros propios límites si es necesario”. Todos los especialistas han coincidido en que  la gestión de los sentimientos “es muy personal” y en que resulta “imprescindible” el apoyo del equipo: “cuando empecé, siendo muy joven, mis propias compañeras me aleccionaron en cómo afrontar este trabajo, y a día de hoy pido ayuda a mis compañeros si siento que algo me está desbordando. Las habilidades para gestionar las emociones se aprenden y podemos entrenarnos para ello”.

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Hospital San Juan de Dios Pamplona